lunes, 30 de abril de 2007

Mi bebé

Hablando con una amiga el otro día me di cuenta de algo, yo criticaba la impaciencia de algunas mujeres por ser madres, esa necesidad imperiosa de saber si eran fértiles o no y aún siéndolo, decidir hormonarse para acelerar el proceso. Le decía que no entendía su prisa, ni su necesidad, que me parecía que tener un hijo era un regalo demasiado hermoso para que intervinieran médicos y fármacos en el proceso.
Luego entendí, yo NO DESEO tener hijos por eso no tengo ninguna prisa. Sí deseo otras cosas y sí tengo prisa por conseguirlas y de saber que hormonándome me llegarían antes... dudé, ¿lo haría? ¿me hormonaría?, mi respuesta inmediata fue SÍ!!! pero es curioso como darse cuenta de las cosas puede ayudar...
Ahora cuando me impaciento porque lo que más deseo no llega ni puedo saber si llegará pienso que hay que ser paciente, que las cosas hermosas piden su tiempo y que cualquier artificialidad por conseguir lo deseado resta belleza a la experiencia.
De modo que he decidido no hormonarme para conseguir mis deseos, me veo a mi misma deseando pacientemente la llegada de mi bebé y me parece hermoso.

jueves, 19 de abril de 2007

No me quieras tanto

No puedo quejarme y eso hace que mi mal estar sea todavía más intenso, cada uno es como es y no se le puede reprochar nada a nadie porque, aparte de ser una pérdida de tiempo, te sientes fatal por querer imposibles: que los demás te comprendan y actúen en consecuencia. Porque no basta con que te comprendan, es preciso que esa comprensión sirva para algo. Si yo digo me siento mal y otro me dice, - lo entiendo, no me sirve para nada si no hace algo al respecto. Claro que es peor cuando ni siquiera lo entienden pero es que es inútil... qué les dices? si es que nuestros actos hablan por nosotros y no hay palabras que acallen esa voz.
Si todos los que me dicen te quiero actuaran en consecuencia... mi padre decía: - No me quieras tanto y mátame con bacalao, ¡qué razón tenía!