Me duele el alma señores, me duele de verme sola pero siempre soy sola por lo tanto esta visión pasará, el dolor pasará como ha pasado la alegría, es un ciclo sin fin que nos acompaña toda la vida y que hay que valorar y entender.
Así como acepto con gusto la alegría quiero aceptar también el dolor que sabiamente me enseña muchas cosas que me resulta muy útil aprender y me recuerda que después de él volverá la alegría. Lo digo con el corazón encogido pero así siento que puedo vivirlo para no minar mi alma de reproches sin sentido, el dolor es parte necesaria de la vida y aunque cuando se vive cueste aceptarlo también es un amigo al que hay que aprender a querer.
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