No basta con desear

"(...) con tus acciones y con tu silencio, con lo que has hecho y lo que has dejado sin hacer, has conseguido que cada día de mi largo encarcelamiento se me hiciera todavía más difícil de soportar. Hasta el pan y el agua de la prisión los has cambiado con tu conducta: lo uno lo has hecho amargo, lo otro salobre para mí. La tristeza que deberías haber compartido la has duplicado, el dolor que deberías haber tratado de aliviar lo has hecho angustia. No me cabe ninguna duda de que no era ésa tu intención. Sé que no era ésa tu intención. Fue simplemente ese «único defecto verdaderamente fatal de tu carácter, tu absoluta falta de imaginación»." De Profundis, Oscar Wilde.
Así nos explica Oscar Wilde lo que ocurre cuando no nos damos cuenta, para Oscar es falta de imaginación para mi es falta de sensibilidad. Voy viendo que hay poco que hacer ante esa falta, estoy investigando el modo de ser la ocasión para que los que la padecen encuentren el modo de "curarse" pero de momento no lo he conseguido. No hay duda que el no darse cuenta de otro no es mi responsabilidad pero sí lo es cuando soy yo la que no me doy cuenta y con esa responsabilidad me levanto por las mañanas y me acuesto por las noches.
La sensibilidad nace del interés, la información y el conocimiento, cuanto más interesados estamos en algo, le dedicamos más tiempo, más atención, nos informamos más, y más sabemos sobre ello, cuanto más sabemos más capaces somos de comprenderlo, descifrarlo, vivirlo, intuirlo y finalmente sentirlo: ser sensibles a ello, por lo tanto la insensibilidad nace del desinterés, la falta de información y la ignorancia.
¿Cómo puede darse cuenta uno de algo de lo que no se da cuenta? difícil, y terrible la pregunta a la que nos lleva ¿cómo puede interesarse uno por algo que no le interesa tanto como cree o quisiera que le interesara? Sé que puede haber dolido esa pregunta-afirmación pero me baso en mi experiencia: Yo creí querer ser cantante hace años, de hecho lo fui mientras creía, pero me di cuenta que mi interés no era suficientemente intenso como para seguir aprendiendo, atendiendo, comprendiendo, sabiendo, viviendo, intuyendo y finalmente sintiendo, había perdido el interés.
En Éramos de azúcar dije que deberíamos ser más conscientes de que todo tiene sus exigencias, todo, y las sensibilidad también.
¿Cómo puede uno darse cuenta de algo de lo que no se da cuenta? vayamos más allá ¡¿cómo puede uno no darse cuenta de algo de lo que se quiere dar cuenta?! puede ser simplemente que no se de cuenta que no está dispuesto a asumir las exigencias que conlleva darse cuenta, es por no asumir esas exigencias que no se da cuenta de lo que se quiere dar cuenta.
No basta con desear ser sensible es preciso asumir las exigencias de la sensibilidad.

Tal vez con un ejemplo se entienda mejor, cuando yo estaba gorda deseaba profundamente ser delgada, cierto lo deseaba profundamente si alguien me hubiera negado que lo deseaba habría sido capaz de matarle por decir eso, deseaba ser delgada sí pero no estaba dispuesta a hacer lo necesario, lo que exigía ser delgada: adelgazar, ¡yo deseaba ser delgada no adelgazar! parece una tonta confusión pero no lo es, descubrir eso me permitió comprender mi deseo y al comprenderlo pude decidir si estaba dispuesta a hacer el esfuerzo o no por conseguirlo.

No basta con desear darse cuenta hay que hacer todo lo necesario para que ocurra.